¡Bienvenidos sean una vez más a este espacio multicultural y enriquecedor, La Olla Exprezza!
Y el día de hoy, les platicaré del tema que anda en boca de todos, la milagrosa tarjeta Feria. ¡Claro que es milagrosa! ¿Qué otra tarjeta te quita 25 pesos de una sola exhibición? Eso sí que es magia.
En fin, para no darle más vueltas al asunto, muchos ya saben sobre los pros y los contras de este “novedoso” sistema de prepago, y muchos ya han espetado su opinión al respecto. La mayoría de las voces que se escuchan apuntan a un gran “¡no!” al sistema de la tarjeta, mientras que la minoría que suena dice que no ha tenido problema alguno.
Yo en lo personal, tengo la credencial de la UANL, me dieron $5.50 cuando mis amigos me obligaron a activarla, y aun no los he utilizado. Sigo pagando con efectivo, porque la ruta que pasa por mi casa así me lo permite. Pero ello no significa que el sistema no se esté utilizando en dicha ruta… está bien que yo viva fuera de los confines de la metrópoli, pero aun así, la tecnología tiene unos alcances sorprendentes cuando se lo propone.
Lo curioso es, que en una de las 2 rutas que pasan por mi humilde hábitat, dice lo siguiente, en un letrero rudimentario pegado en la parte trasera del vidrio del asiento del chofer:
“Favor de notificar su destino antes de pasar la tarjeta feria por el verificador. Evite doble pago”
Bueno, algo así proclamaba dicha hoja de papel.
¿Qué porqué dice eso del destino? Porque esa ruta te cobra dependiendo a qué dirección te dirijas… a mí me cobra $7.50 y eso que es tarifa preferencial, a una distancia corta de trayecto. Si de por sí ya es complicado que te den el boletito con las tiritas del precio en pesos y en centavos, ahora tener que decirle al chofer “voy al centro” y esperar a que haga no-se-qué-cosa antes de que pases tu tarjeta… creo que entre más pasa el tiempo, más nos complicamos la existencia.
¿Se acuerdan que antes de timbres había campanitas en los camiones? Y aunque no sirviera la campanita, le jalabas al cordel y aun así hacía ruido. Ahora le picas al botón del timbre y no siempre funciona, y no falta el típico chiflido y el grito del “¡bajan!”
¿Y también recuerdan que una vez existieron los contadores giratorios? Como los que hay en las ferias y algunas atracciones… se volvieron un horror en los camiones, tremendo horror (y error), tanto así que los quitaron al poco tiempo.
Y solo digo, vamos a ver cuánto dura la magia de la carta poderosa, vamos a ver si podemos adaptarnos, si esto puede adaptarse, o si todo terminará colapsando. ¿Quién colapsará primero?, ¿la empresa, la tarjeta, o la gente?
¿Quién quiere hacer la primera apuesta?
A ver, quién hace su primera tirada…
Candy E. G. Estrada
2 comentarios:
YO SOY DE LAS PERSONAS QUE NO HE BATALLADO CON LA TARJETA FERIA, PERO EN OCASIONES TENGO QUE IR A COLONIAS DONDE NI SIQUIERA TIENE EL APARATO DE LA TARJETA FERIA, Y POR LO TANTO TENGO QUE ANDAR BUSCANDO LA MORRALLA PARA PAGAR.
PERO EN SI LO MAS DESAFOVERICIDO EN USAR LA TARJETA FERIA SON LOS CHOFERES, YA QUE AHORA EL DINERO NO PASARA POR SUS MANOS, CUANDO ANTES TENIA QUE PAGAR DINERO. Y NO REGRESABAN FERIA O NO DABAN EL BOLETO.
PERO NO SE PREOCUPE A TODO NOS ACOSTUMBRAMOS LOS REGIOS.
PD. BUENOS DIAS.
Ami me toco ver una vez como una señora de la tercera edad trataba de subir lentamente como lo ace por su edad y mientras sonaba el contador y el señor enojado le pedia k se diera prisa...
eso sin decir k a las personas de la tercera edad y discapacitados tienen k salir por la parte de atras del camion y eso afecta mucho a estas personas
NO tenga nada contra la dichosa tarjeta feria, pero si en el modo en k se obligando a tener, pienso k sera mejor si la tarjeta fuera opcional... y que no aya aumentos en el camion cuando uno paga en efectivo...
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